25 octubre 2010

Manipulación de cadáveres coléricos.

Un texto de Costa Rica, nos dice:

Debemos ser muy puntuales en el hecho de recalcar que el cadáver es el resultado de una epidemia y no el generador de la misma.
En el manejo de los cuerpos se debe tener cuidado con ciertas enfermedades endémicas que constituyen casos especiales cuando se considera la disposición prioritaria de los cadáveres según el tipo de etiología, por ejemplo, Vibrio cholerae y Mycobacterium tuberculosis, entre otros. De todas maneras, es importante notar que aun en estos casos, la presencia de cadáveres no puede ser considerada un riesgo importante en salud pública.
La razón por la que los cadáveres poseen un riesgo tan limitado es porque al desecarse su temperatura corporal cae rápidamente. Aun las bacterias y los virus más resistentes mueren rápidamente en un animal fallecido recientemente. Esto hace que la transmisión de microorganismos de los cadáveres a los vectores y, por tanto, de vectores a poblaciones humanas, sea extremadamente difícil.
El cólera es una preocupación en las áreas endémicas, ya que V. cholerae puede tener un efecto devastador. La concurrencia de un brote de cólera estacional en regiones endémicas y un evento que cause elevada mortalidad ha sido un escenario que preocupa sobremanera a más de una autoridad en salud pública. Los cadáveres pueden jugar un papel importante en el aumento del rango de infección, especialmente si existen cuerpos en descomposición en contacto con las fuentes de agua.

M A N E J O D E C A D Á V E R E S E N S I T U A C I O N E S D E D E S A S T R E
Existen algunas recomendaciones para el manejo correcto de los cuerpos en este tipo de situación:
a) reforzamiento de las medidas de higiene personal, tanto del equipo de trabajo como de la comunidad en general;
b) desinfección de los cuerpos con una solución a base de cloro;
c) control en el transporte;
d) prevenir el contacto directo entre el cuerpo y los familiares; los cadáveres pueden ser entregados a los familiares en cajas herméticamente selladas, de tal forma que puedan ser enterrados rápidamente siguiendo las costumbres de la comunidad, y
e) en ésta y en todo tipo de situación, debe evitarse que los cadáveres sean expuestos a los animales; la mejor manera de hacerlo es enterrándolos.

CAPÍTULO 3: CONSIDERACIONES SANITARIAS EN CASOS DE MUERTES MASIVAS

En términos generales, podemos decir que las condiciones de hacinamiento y las pobres medidas de saneamiento están directamente relacionadas con el cólera y la salmonelosis. No existen datos concluyentes para poder cuantificar el efecto exacto que los cadáveres puedan tener en la diseminación de la salmonelosis, pero es posible que exista dicha conexión. Aunque algunos autores han ligado la diseminación de la salmonelosis con la presencia de cadáveres, esta conexión es tan tenue como lo es la relación entre enfermedad, cadáveres y cólera.
La creencia popular atribuye a los cadáveres un papel protagónico en algunas de las epidemias de salmonelosis que atacaron a Chile. De todas maneras, así como el cólera, los cadáveres son considerados sólo como un cofactor.
Ambos, Salmonela y V. cholerae, son organismos extremadamente resistentes y tenaces. En el mejor de los casos, los brotes de cólera y salmonelosis son acontecimientos graves, especialmente en comunidades de bajos recursos.
El papel que juegan los cadáveres cuando se presentan en gran cantidad y en zonas con enfermedades endémicas requiere una valoración muy crítica:
u Se debe determinar si el área es endémica para la enfermedad en cuestión. Se
requiere de ciertos datos básicos para juzgar el grado de enfermedad en un
área dada.
u Se debe determinar si la enfermedad puede sobrevivir en un cadáver por una
apreciable cantidad de tiempo.
u Finalmente, se debe determinar si la confluencia de los factores anteriormente
nombrados junto con el ambiente local y un tercer evento potencial (por
ejemplo, un desastre) hacen de la presencia de cadáveres un factor de mayor
riesgo de lo que sería bajo condiciones normales.
Ningún factor por sí solo puede incrementar el riesgo causado por la presencia de
cadáveres. Además, sabemos que aún cuando bacterias como Salmonela o V. cholerae
son resistentes, la mayoría no sobrevive por mucho tiempo después de la muerte
del huésped.
Existen otras enfermedades que se deben tener en cuenta; por ejemplo, el virus del
VIH, el cual se ha comprobado que puede sobrevivir hasta 16 días en el cadáver y a
temperaturas tan bajas como los 2°C3.
Una enfermedad que no debe dejar de mencionarse


El gobierno de Nicaragua, en el 2005, estableció un protocolo de vigilancia epidemiológica del Cólera, del cuál extraemos la relativo a manipulación de cadáveres.

La manipulación de cadáveres coléricos tiene especial importancia desde el punto de vista de transmisión de la enfermedad.
• Su manipulación se autorizará a personas debidamente entrenadas y protegidas, se deben extremar las normas de bioseguridad.
• Los cadáveres se lavarán en una solución de hipoclorito de calcio a 200 p.p. millón y se envolverán en sábanas impregnadas en esta solución. Todos los orificios naturales se taponarán con algodón impregnado en la misma.
• De no disponerse de hipoclorito, se colocará una capa de cal de 10 cm. en el ataúd, encima del cadáver.
• Los ataúdes se cerrarán inmediatamente y se mantendrán sellados durante el transporte y la inhumación.
• Al finalizar la inhumación, el transporte y todo lo que tuvo relación con el cadáver se desinfectará con hipoclorito.
• Los cadáveres coléricos deberán sepultarse inmediatamente después del fallecimiento.

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