Nota: tras la gran aceptación de la carta del 9 de septiembre, Mónica Lalanda trata de explicarse la gran difusión de la misma.
23 de septiembre de 2009.- Ya es oficial, esta semana soy la Belén Esteban de Internet. Mi carta a la ministra de Sanidad de hace unos días, ha creado tal revuelo que mi nombre salta de ordenador en ordenador cual virus informático. Parece ser que circula en correos de grupo, de esos que en unas horas dan tres vueltas a España, se asoman a la América ibero-parlante y llegan hasta Perejil. En plan 'de oca a oca' pero a lo bestia.
Escribo este blog hoy desde la perplejidad más total y absoluta. Ni en mis mejores sueños (o en las peores pesadillas, según se mire) podía haberme imaginado una respuesta tan desproprcionada.
Si hasta me parece que la señora Jimenez, vestida con austera camisa blanca y brazos cruzados, me hace un guiño desde la portada del Mundo "Ni me voy a vacunar de la gripe A ni se lo voy a recomendar al resto de los ministros". OK, señora ministra, no se vacune pero por Dios no ande dándose tantos besos por ahí que se la va a pillar.
Eso sí, aprovecho para felicitarla por su inminente cambio de la ley antitabaco. Como no fumadora, se lo agradezco muchísimo y como médico la apoyo incondicionalmente. Ahora lo siguiente es escribir un blog criticando los puros de Rajoy. Todo se andará.
Continúo diseccionando con lupa la reacción a susodicha cartita pues me ha dado mucho que pensar. En primer lugar, el cambio del tipo de audiencia para que el que ahora escribo: una audiencia española. El español es imprevisible, espontaneo, tozudo, amante de la libertad, extrovertido, sociable, irracional y extremadamente pasional en todo lo que hace. El lector perfecto.
¡Cómo he echado todo esto de menos! Llevo años en Inglaterra escribiendo artículos de opinión punzantes y agresivos y lo más que he logrado ha sido que alguno levantara una ceja un milímetro mas de lo socialmente aceptado o que algún otro se echara dos bolsitas de té en su 'cup of tea', en plan sobredosis. País de muermos, oiga. Donde esté el caracter español, que se quiten los demás. La gente habla de la gripe A, los amantes de las duquesas o la narices de la futura reína como si en ello les fuera la vida. Alucinante. 'Spain is different', pero que muy 'different', y que dure.
He leído con atención los comentarios de los lectores y de algunas de las entradas en los más de 1000 blogs que muestran el texto en Internet. Debo decir que entre las críticas que hay, se menciona varias veces que "se me ve el plumero". ¡El plumero! Qué risa. Mi único plumero hubiera sido el de pasar el polvo, pero ni eso. Yo no tengo afiliación política ninguna, ni siquiera simpatía hacia ningún partido. Llama la atención como en este país cualquier opinión debe inmediatamente clasificarse en "del PP" o "del PSOE".
Solo la politización valida las opiniones. Es triste observar como el lastre más grande en esta nación continua siendo las dos Españas. A mí no me cuelguen etiquetas que yo soy librepensadora, auto-repatriada sorprendida y pertenezco a un partido de un solo miembro.
¿Qué es lo que ha convertido esta carta en un best-seller de los blogs? Pues díganmelo ustedes. Quizás sea el tono pero más probablemente el hecho de que lo firma un médico. Realmente apenas digo nada que no haya dicho ya el consejo General del Colegio de Médicos de España, sólo que lo he dicho con más salero.
Lo que parece claro es que el lector da la bienvenida a la opinión del profesional, algo harto de la manipulación por parte de los políticos y de su impacto sobre la prensa. Cuando el Ministerio de Sanidad se empeña en hacer ruedas informativas cada 5 minutos o en mandar notas de prensa con cada muerte por la gripe A (segura o sospechosa...), los medios de comunicación deberían juzgar qué es noticia y qué no. La responsabilidad de la información es compartida.
Y me queda lo de las ovejas. Parece ser que mezclo churras con merinas.Pues, sí. Esto es un blog y yo no soy periodista. Me limito a analizar la literatura científica y la actualidad sanitaria. No informo, solo comento. Así que me permito ciertos lujos creativos, ovejas, vacunas, ropa, poses y accidentes de tráfico.
Así que quedan advertidos, en este espacio, ni hay política ni hay reglas. Veanme como al niño del cuento 'El traje nuevo del Emperador', siempre dispuesta a ponerme de pié y gritar :"¡pero si está desnudo!". Pues eso, gracias por leerme. Aquí acaba la jornada de reflexión. En el próximo blog vuelvo a la carga.
Mónica Lalanda lleva unos meses en España tras pasar los últimos 16 años en Inglaterra, la mayoría como médico de urgencias en Leeds (West Yorkshire). En la actualidad trabaja en la unidad de urgencias del Hospital General de Segovia, participa en varias publicaciones inglesas y también ilustra libros y revistas con viñetas médicas.
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