Una mamografía selectiva de detección es una radiografía del seno que se usa para detectar cambios en el seno en mujeres que no presentan signos o síntomas de cáncer de mama. Se dice selectiva porque ordinariamente se elige tener esta prueba de detección por razones de prevención y no porque haya algún síntoma. Generalmente se requieren dos radiografías de cada seno. Con una mamografía, es posible detectar un tumor que no se puede palpar o encontrar microcalcificaciones (pequeños depósitos de calcio en el seno), los cuales a veces son una indicación de la presencia de cáncer de mama.
Una mamografía de diagnóstico es una radiografía del seno que se usa para ver si la paciente tiene cáncer de mama después de haberse encontrado un bulto u otro signo o síntoma de cáncer de seno. Los signos de cáncer de mama pueden ser el dolor, engrosamiento de la piel, secreción del pezón, o un cambio en el tamaño o forma del seno. La mamografía de diagnóstico puede usarse también para evaluar los cambios que se hayan encontrado en una mamografía selectiva de detección o para ver el tejido de seno cuando es difícil obtener una mamografía selectiva de detección debido a circunstancias especiales, como la presencia de implantes en el seno. Una mamografía de diagnóstico se lleva más tiempo que una mamografía selectiva de detección porque requiere más radiografías para obtener vistas del seno desde varios ángulos. El técnico puede amplificar un área sospechosa para producir una imagen detallada que ayude al médico a hacer un diagnóstico preciso.
Las mujeres que tienen 40 años o más se deberán hacer mamografías cada 1 ó 2 años. En cuanto más edad tenga la mujer, mayor será su probabilidad de padecer cáncer de mama. La edad es el factor más importante de riesgo para el cáncer de mama. Las tasas actuales sugieren que el 13,2 por ciento de las mujeres (una de cada ocho) nacidas hoy serán diagnosticadas con cáncer de mama en algún momento de su vida. Esta estadística se basa en los promedios de la población. Sin embargo, la probabilidad estimada de ser diagnosticada con cáncer de mama en grupos específicos de edad y durante periodos específicos de tiempo puede ser una manera más informativa para considerar el riesgo de cáncer de mama. Las estimaciones de padecer cáncer de mama en intervalos de diez años —vea más abajo—toman en cuenta que no todas las mujeres alcanzan la tercera edad, cuando el riesgo de cáncer de mama es mayor.
En U.S.A., la probabilidad de que una mujer sea diagnosticada con cáncer de mama es:
de 30 a 39 años. . .0,44 por ciento (1 de cada 229)
de 40 a 49 años. . .1,46 por ciento (1 de cada 68)
de 50 a 59 años. . .2,73 por ciento (1 de cada 37)
de 60 a 69 años. . .3,82 por ciento (1 de cada 26)
La mayoría de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres mayores de 50 años de edad; el número de casos es especialmente alto en mujeres mayores de 60 años.
Si quiere saber más, haga click aquí al Instituto Nacional del Cáncer de U.S.A.
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